Estaban en el infierno un
estadounidense, un hindú y un
Mexicano.
De repente aparece el Diablo y
les dice: Miren, aquí traigo un
látigo, y si ustedes aguantan
tres golpes con el se Irán al
cielo, cabe aclarar que pueden
cubrirse la espalda con lo que
quieran. Pasa primero el
gringo, y se pone en la espalda
una loza, igual de gruesa que la
del pipila.. Uno, dos ´¡zas! se
rompió y el gringo llorando le
implora que ya no siga.
Pasa el hindú, sin ponerse
nada, el diablo le dice: Así que
tu muy chingón no te pones
nada, y el hindú responde:
Claro, todo esta en la mente.
Uno, dos, tres, el hindú ni se
doblo. Bueno, le dice el Diablo,
te puedes ir al cielo. A no,
responde el hindú, primero
deja ver que hace el mexicano,
porque siempre nos chingan
en los chistes.
El mexicano le dice al diablo:
¿Seguro que me puedo poner
lo que quiera?
Lo que quieras dice el diablo.
¡A ver tu ****** hindu subete en mi espalda.
estadounidense, un hindú y un
Mexicano.
De repente aparece el Diablo y
les dice: Miren, aquí traigo un
látigo, y si ustedes aguantan
tres golpes con el se Irán al
cielo, cabe aclarar que pueden
cubrirse la espalda con lo que
quieran. Pasa primero el
gringo, y se pone en la espalda
una loza, igual de gruesa que la
del pipila.. Uno, dos ´¡zas! se
rompió y el gringo llorando le
implora que ya no siga.
Pasa el hindú, sin ponerse
nada, el diablo le dice: Así que
tu muy chingón no te pones
nada, y el hindú responde:
Claro, todo esta en la mente.
Uno, dos, tres, el hindú ni se
doblo. Bueno, le dice el Diablo,
te puedes ir al cielo. A no,
responde el hindú, primero
deja ver que hace el mexicano,
porque siempre nos chingan
en los chistes.
El mexicano le dice al diablo:
¿Seguro que me puedo poner
lo que quiera?
Lo que quieras dice el diablo.
¡A ver tu ****** hindu subete en mi espalda.