Carta de Javier Corral a Calderón.
1 de septiembre de 2012
LIC. FELIPE CALDERÓN HINOJOSA,
Presidente Constitucional de los Estados
Unidos Mexicanos
PRESENTE
C. Presidente:
Te escribo enterado de los calificativos
que vertiste sobre mí en la reunión con
senadores del PAN el pasado 28 de
agosto. Me llamaste cobarde por no
haber ido a la reunión.
Te equivocas: dentro de los muchos
defectos que tengo no está la
cobardía.Desde joven cuando no tenía ni
nombre ni puesto público me enfrente al
PRI y milité en la resistencia civil contra
el fraude electoral de 1986; me he
opuesto a los abusos de las televisoras
que la han emprendido contra mí y a
pesar de ello no me han doblegado; con
absoluta franqueza te he dicho lo que
pienso, en tu cara, no como otros. Nunca
te he tenido miedo.La razón por la que
no asistí a la reunión fue para evitar tus
exposiciones interminables donde tú
monologas, no dialogas, sobre las
maravillas de tu Gobierno y lo bien que
hiciste todo, donde culpas a la campaña
y al partido de la derrota pasada.Fuera
totalmente de la realidad estás diciendo
cosas muy delicadas y sigues insultando
a tus críticos, deberías cuidar tu
investidura.No es difícil comprender que
tu malestar contra mi proviene de que he
sido crítico de tu política en
telecomunicaciones, radio y televisión; la
he criticado frente a ti en el Congreso
Nacional del Partido en agosto de 2009,
al igual que lo he hecho en los medios y
en el propio partido. Si alguien te ha
dado la cara he sido yo.También he
reconocido la estabilidad económica, la
infraestructura creada durante tu
sexenio, y haber mantenido los
programas exitosos de la pasada
administración. He defendido tu
administración tanto en artículos
periodísticos como en la tribuna
parlamentaria. He censurado las
provocaciones de Fernández Noroña. No
olvides esto. Aunque sé que en el fondo
quieres incondicionales. Al llamarme
cobarde ante los senadores y estando yo
ausente, te has pasado de la raya. Pero
podemos aprovechar tu desahogo
discutiendo nuestras diferencias cuando
quieras, en donde quieras y ante quien
quieras.
Los resultados de tus políticas están a la
vista. El duopolio televisivo es hoy más
poderoso que hace seis años y Peña
Nieto es el Presidente electo. No podrás
negar que esa candidatura fue construida
por Televisa desde hace varios años. El
partido ha estado perdiendo elecciones y
uno de los factores fue la presencia de
Peña Nieto apoyando al PRI. Tu
debilidad ante Televisa se ha visto desde
que eras candidato. ¿No te acuerdas de
la Ley Televisa? ¿Cuál fue tu papel en su
aprobación y cuál fue el mío ante tal
intento de despojo a la Nación?
Este primero de diciembre le vas a
entregar en San Lázaro la banda
presidencial a Peña Nieto. La misma que
recibiste de Vicente Fox. Un retorno del
PRI es una amenaza que todos
percibimos. Lo sabes bien, ese momento
condensará como ninguna crítica o
análisis, tu fracaso.
Tirar la piedra y esconder la mano eso sí
es cobardía. No tener valor para decir lo
que se piensa eso sí es cobardía. No ser
congruente con lo que siempre se ha
pensado y luchado, eso sí es cobardía.
Innegable es tu forma de tratar a los
panistas, perdiste todo sentido de
civilidad política. La falta de respeto a
varios compañeros y a tus propios
colaboradores, una rudeza innecesaria a
quienes disienten de tus opiniones. ¿Y
qué has logrado?: renuncias de
Secretarios de Estado, expulsiones del
partido, miembros que hicieron campaña
no contra el PAN sino en despecho de ti.
Las peores críticas a tu carácter, por
cierto, la he oído en voz baja, en
murmullos, de gente muy cercana a ti.
Esa es la verdad inocultable. Eso no
requiere mayor trabajo sino sólo ver
cómo está el partido y buscar a los
causantes de las divisiones.
Espérate a que conozcas la condición
humana a partir de que dejes el poder y
entiendas que lo que más te ha
perjudicado eres tú, tu carácter colérico
al que le gana el coraje en cualquier
momento.
He dicho que por el bien del partido éste
deberá defender tus logros y aprovechar
tus talentos en los años por venir. Tú
debes permitirle al partido que retome
su rumbo. Que diseñe su estrategia de
lucha de acuerdo a su interés propio.
Porque el partido es de todos. Actuar de
otra manera es jugar al Jefe Máximo y no
se lo merece el Partido. Déjalo volar
como un día te recomendó Carlos
Castillo Peraza.
En cualquier caso, discutamos lo que te
agravia: tú tienes la palabra.
JAVIER CORRAL JURADO
muy buena carta