Arizona, Estados Unidos. Según los
vecinos de aquel terreno, había una
antigua casa donde vivía una niña
infectada por el diablo, que acababa con
toda la gente que entraba allí (policías,
investigadores, científicos, e incluso
curiosos niños). Pero ya era hora de saber
lo que ocurría en aquella casa, el
Gobierno mandó a nueve policías a entrar
en aquel terrible lugar dentro de dos
noches, con todo el armamento posible.
A la hora prevista, los nueve magníficos
entraron allí. La puerta estaba
entreabierta, y tras vario rato registrando
cada rincón y habitación de la casa, no
encontraron nada.
Ryan Robers, uno de los agentes de la
policía, entró en otra habitación, y había
un joven de unos once años infectado por
la niña, que se abalanzó sobre Ryan para
morderle, por lo que también sería un
descendiente del demonio. Pero este no
se dejó y disparó al hambriento en la
cabeza, y se deshizo de él.
Aunque no fue el único que corrió peligro,
casi todos los agentes fueron mordidos, y
se infectaron del diablo. Solo quedaban
dos, que tenían que ver donde estaba el
punto de partida, es decir, encontrar a la
niña y acabar con el miedo que los
rodeaban. Ryan y Jake Freeman, el otro
policía superviviente, se unieron para
encontrarla. Con una linterna, se
adentraron en una sala donde había un
pozo, y de este salió la niña, era horrible,
casi sin pelo, podrida, maloliente,
desnuda y sin brazo, pero lo peor, estaba
hambrienta.
Quería morderles, pero apagaron la
linterna y estaba oscuro, entonces no se
veía. Pero de repente se encendieron las
luces de la habitación, y la chica tenía un
hacha, que se la clavó a Jake en el centro
de la cabeza, por lo que estaba muerto y
lo peor, más tarde, la hija del diablo se lo
comió.
Ryan lo disparaba, pero no le afectaba
para nada, y cuando apuntó a la cabeza,
se quedó sin balas. Cogió la pistola de su
compañero y esta vez, cuando ya la tenía
encima, disparo en su frente y cayó al
pozo. Misión cumplida, pero de nueve
personas, sobrevive un policía. Ryan se
fue de la casa creyendo que había
vencido, pero entonces, cuando abandonó
la sala, la chica salió del pozo con hambre,
esta vez con el doble de hambre, hambre
de comida, y de venganza.
vecinos de aquel terreno, había una
antigua casa donde vivía una niña
infectada por el diablo, que acababa con
toda la gente que entraba allí (policías,
investigadores, científicos, e incluso
curiosos niños). Pero ya era hora de saber
lo que ocurría en aquella casa, el
Gobierno mandó a nueve policías a entrar
en aquel terrible lugar dentro de dos
noches, con todo el armamento posible.
A la hora prevista, los nueve magníficos
entraron allí. La puerta estaba
entreabierta, y tras vario rato registrando
cada rincón y habitación de la casa, no
encontraron nada.
Ryan Robers, uno de los agentes de la
policía, entró en otra habitación, y había
un joven de unos once años infectado por
la niña, que se abalanzó sobre Ryan para
morderle, por lo que también sería un
descendiente del demonio. Pero este no
se dejó y disparó al hambriento en la
cabeza, y se deshizo de él.
Aunque no fue el único que corrió peligro,
casi todos los agentes fueron mordidos, y
se infectaron del diablo. Solo quedaban
dos, que tenían que ver donde estaba el
punto de partida, es decir, encontrar a la
niña y acabar con el miedo que los
rodeaban. Ryan y Jake Freeman, el otro
policía superviviente, se unieron para
encontrarla. Con una linterna, se
adentraron en una sala donde había un
pozo, y de este salió la niña, era horrible,
casi sin pelo, podrida, maloliente,
desnuda y sin brazo, pero lo peor, estaba
hambrienta.
Quería morderles, pero apagaron la
linterna y estaba oscuro, entonces no se
veía. Pero de repente se encendieron las
luces de la habitación, y la chica tenía un
hacha, que se la clavó a Jake en el centro
de la cabeza, por lo que estaba muerto y
lo peor, más tarde, la hija del diablo se lo
comió.
Ryan lo disparaba, pero no le afectaba
para nada, y cuando apuntó a la cabeza,
se quedó sin balas. Cogió la pistola de su
compañero y esta vez, cuando ya la tenía
encima, disparo en su frente y cayó al
pozo. Misión cumplida, pero de nueve
personas, sobrevive un policía. Ryan se
fue de la casa creyendo que había
vencido, pero entonces, cuando abandonó
la sala, la chica salió del pozo con hambre,
esta vez con el doble de hambre, hambre
de comida, y de venganza.